Botellas sensoriales
Con mi hijo triunfé con las botellas sensoriales, por lo que he decidido preparar unas cuantas, un poco más elaboradas, para mi sobri de dos años. Las botellas sensoriales -siempre con la supervisión de un adulto-no sólo resultan muy divertidas y estimulantes para los niños, sino que, además, debido al movimiento fluido e hipnótico de los objetos que contienen, les distraen y calman cuando están enfadados, irritables o ansiosos.
Estos sencillos juguetes estimulan su curiosidad y su capacidad de atención, son una herramienta útil para ejercitar los músculos del brazo y la mano y para perfeccionar la pinza y la coordinación en general.
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Guía para crear botellas sensoriales
Las más populares contienen líquido teñido y diversos objeto pequeñitos en su interior, pero también se pueden hacer secas, simplemente poniendo dentro de la botella elementos como pompones, hojas secas, plumas de colores o lo que tengas a mano…
Se trate de una botella líquida o seca es importante sellar el tapón con silicona o con pegamento para evitar que se abra por accidente.
Elementos necesarios para realizar botellas sensoriales líquidas
Botellas de plástico transparente de 200 ml o de 500 ml (según la edad y fuerza del niño) con un tapón que cierre bien (yo he usado unas botellas con un tapón grande que cubre bien el cuello de la botella).
Purpurina al gusto.
Colorante alimentario del color deseado (los más habituales son rojo, amarillo, azul y verde)
Un bote grande de gomina (así los objetos del interior de la botella se mueven más lentamente).
Agua templada
Adornos pequeños: animalitos de plástico, estrellitas, fichas de ajedrez, cuentas de colores o cualquier otro elemento que se te ocurra o tengas por casa.
Realización
Pon tres dedos de gomina en el fondo de la botella. Calienta un poco medio litro de agua y échale una gota de colorante para darle color (no es fácil que sólo caiga una, aviso). Procura que el agua no quede demasiado oscura.
Vierte agua templada dentro de la botella sin llenarla totalmente.
Tapa con el tapón y agita bien para que la gomina se mezcle con el agua. Si quieres, echa un poquito más de colorante.
Pon también dentro de la botella la purpurina y los pequeños elementos decorativos que hayas decidido. Si tu peque tiene un hermano mayor puede ayudarte en el proceso.
Pon un poco de pegamento extra fuerte o de silicona líquida alrededor de la boca de la botella, cierra el tapón y deja secar varias horas.
Las mamás aprenden con las botellas sensoriales
Si algo he descubierto sobre las manualidades es que no hay que ser demasiado ambicioso. Para una mami con habilidades manuales medianas, como yo, esto significa no intentar hacer virguerías como modelar animalitos diminutos para meter dentro de la botella ni hacer pececitos con globos de colores ligeramente hinchados dotados de pequeñísimos ojitos que hay que pegar sobre el cuerpo gomoso del globo pececito (como en esta primorosa botella sensorial de El Mundo de Elisa).
Hay otras lecciones de vida que he aprendido gracias a mi Mordisquitos:
-No importa que el resultado final no se parezca a lo que tenía en mente o a la fotografía que he visto: mi peque lo encontrará genial y disfrutará con ello simplemente porque lo he hecho yo para él o porque lo hemos hecho juntos. ¡Con la mirada adecuada hasta puede que nuestra versión sea genial! O más divertida, o más rara, o totalmente única o más misteriosa (porque me he pasado con el colorante…).
-Hay que tener la mente abierta a las sorpresas y a lo inesperado; la vida resulta más entretenida y apasionante. Para un niño la capacidad de maravillarse es casi infinita, ¿por qué no contagiarnos de su curiosidad y dejarnos arrastrar por su entusiasmo?
-El resultado no merece la pena, aunque sea estéticamente perfecto, si no disfrutas con el proceso. Si las cosas se tuercen, unas risas nunca vienen mal. Intento practicar el sano ejercicio de reírse de una misma (con cariño).
En todo este proceso de crear botellas sensoriales, he encontrado una mami que se ha convertido en mi heroína. Es voluntariosa, decidida, un poco torpe (como ella misma dice en su tutorial), optimista y me ha hecho reír mucho. ¡Qué grande!
Las botellas sensoriales son herramientas excelentes para estimular el desarrollo sensorial y cognitivo de los bebés. Al combinarlas con chupeteros personalizados y collares de lactancia, ofreces una experiencia de aprendizaje integral que fomenta la exploración táctil, visual y motora, enriqueciendo su proceso de descubrimiento y interacción con el mundo.