Porteo seguro: uso del fular portabebés
Me encanta portear a mi bebé en la posición vientre contra vientre con un fular portabebés. Él está mucho más tranquilo porque el contacto físico continuo hace que se sienta más seguro y yo también estoy más tranquila porque le puedo ver de cerca en todo momento, sentirlo, comprobar cómo está y hasta darle un beso en la cabecita (es mejor que el bebé quede alto).
Porteo: comunicación activa y continua
Además, según la Asociación Española de Pediatría, los bebés porteados lloran menos y su calidad de sueño es mayor. En cuanto a mí, no tengo que estar pendiente del cochecito o de cualquier otro armatoste difícil de maniobrar y puedo acceder libremente a cualquier sitio ¡Y encima con las manos libres! Sólo estoy pendiente de mi mordisquitos y nos comunicamos continuamente. Tanto él como yo aprendemos a leer la expresión del otro y nuestro vínculo se refuerza.
Rebuscando en Internet he encontrado este vídeo en el que una mamá explica dos técnicas para portear a un recién nacido. Yo me siento más cómoda y feliz con la primera, vientre contra vientre.
El vídeo me da mucha paz y buen rollo. Me siento identificada con la mami: parece relajada aunque cansada y lleva una coleta despeluchada, como la mía. Aun así, se mueve con precisión, elegancia y cierta calma. ¡Todo es cuestión de práctica! Además, el ritual de envolverse en el fular de porteo puede ser un relajante momento Zen el que tomemos conciencia de nuestro cuerpo y de nosotras mismas y, a continuación, del bebé y de su contacto. Esta mami es una crack, un portento, una Pro… Ella se envuelve en el fular y hace todos los pases y nudos y luego coloca al niño y todo encaja a la perfección, pero al principio cuesta un poquito más…
Algunos trucos para colocar el fular de porteo
A la hora de ponerme el fular portabebés, me fijo en varios detalles importantes:
-Que envuelva mi cuerpo de forma firme, pero que no esté demasiado apretado. De esta forma protejo mi espalda pero no me siento oprimida.
-Que la tela quede sobre mi espalda y hombros lo más extendida posible.
-Que el bebé quede bien sujeto y la tela le dé un buen apoyo para la espalda.
-Que cuando me agache o incline, mi mordisquitos no se mueva… Debe seguir bien sujeto y que no parezca que está en un columpio.
-El portabebés debe sujetar la cabeza del bebé, si todavía no la sostiene por sí mismo, y su cuello no tiene que quedar torcido.
-Las piernas del baby tienen que estar, preferiblemente, en posición de ranita. En todo caso, no deben quedar colgando.
-La tela no debe cubrir la cara del niño.
Cómo colocar el fular de porteo
- Toma el fular portabebés por la mitad y colócalo bien extendido alrededor la parte delantera de tu cuerpo de forma que la parte superior quede por encima de tus pechos. Pasa los dos extremos hacia atrás.
- Cruza los dos extremos por la espalda.
- Pasa cada uno de los extremos por encima de un hombro manteniendo el cruzado de detrás. Puedes hacerlo a la vez con la ayuda de ambos brazos.
- Pasa cada uno de los extremos del fular por debajo de la bolsa que ha quedado sobre tu vientre y crúzalos.
- Vuelve a pasar los dos extremos hacia atrás y crúzalos a la altura de tus caderas.
- Pasa los extremos hacia delante y haz un nudo a un lado.
- Es el momento de insertar al bebé. Pon una de sus piernas bajo un tirante y pasa la otra pierna por debajo del otro tirante, de forma que quede en posición de ranita.
- Sin soltar al baby, cúbrele con la bolsa que ha quedado sobre los tirantes de foular. Acomoda y extiende la tela para que tape bien al niño y para que quede sujeto de manera que os resulte cómodo a los dos.
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