Alimentacion BLW, el bebé marca el ritmo
La alimentacion BLW (Baby Led Weaning, que podría traducirse como “alimentación complementaria autorregulada”), es una forma de incorporar los alimentos sólidos a la dieta del bebé sin pasar por la fase de purés y papillas -que antiguamente era ineludible-, de forma que es el propio niño quien come por sí mismo usando las manos para coger la comida del plato.
Niños más independientes y en familia
En lugar de dar de comer a los niños primero, el BLW propone que coman en familia los mismos alimentos que los adultos y niños más mayores, aunque con algunas modificaciones, como que estén cortados en trozos que puedan tomar con las manos y les sean fáciles de manejar, llevarse a la boca y masticar.
Según Clara -madre de dos niñas de cuatro años y un año y medio, respectivamente, que ha criado con la alimentación BLW- este método fomenta la autonomía del niño porque “le permite experimentar. Es el niño quien decide qué tomar, en qué cantidad, en qué orden y cuánto tiempo tarda en comer”.
Alimentacion BLW, comida para picar
El objetivo es que el niño pruebe y coma todo tipo de alimentos y que “conozca distintos gustos, texturas y sabores plenos; sin mezclas” –explica Clara-.
Cualquier alimento es válido para empezar, sólo hay que evitar darle manzanas y zanahorias crudas y frutos secos enteros. Se trata de ir introduciendo nuevos alimentos (bien preparados y presentados) poco a poco. “Yo con la mayor –cuenta Clara- empecé con gajos de naranja (cortados y presentados con la piel). Con la pequeña comencé, sin tenerlo planeado, con el pepino (grande, cortado solamente por la mitad), porque no me dejaba preparar una ensalada y es lo que tenía a mano en ese momento (risas). Se dedicó a sacarle jugo. A las dos les encantó su primer bocado”.
Actualmente, la receta preferida de las dos hijas de Clara son las magdalenas de manzana, zanahoria y canela. Os paso un artículo que propone 17 alimentos para empezar con el BLW.
Además, he conseguido sonsacarle a Clara su receta de magdalenas o muffins de manzana y zanahoria.
Come y disfruta, hijo
Por mi experiencia y la de Clara puedo asegurar que al principio son imprescindibles trapos, servilletas y una fregona para limpiar después porque la comida puede acabar por todas partes. ¡Calma!
Es importante no interferir aunque los primeros días el bebé coma poco y se limite a jugar con la comida; al fin y al cabo está aprendiendo y su principal alimento sigue siendo la leche materna o la leche de fórmula. O sea, aunque nuestro instinto de protección pugne por ponerle la comida en la boca para que coma algo o por limpiarle los morritos cada dos por tres o por limpiar las salpicaduras y manchas multicolores de alimentos… ¡Quietas! Está experimentando y aprendiendo y descubriendo el mundo y forjando su necesaria futura independencia.
El arma secreta de Clara es la paciencia y, también, un plato de silicona que se agarra bien a la mesa y que es higiénico, resistente, irrompible y, además, puede lavarse en el lavavajillas. Hay diversos modelos: en forma de bol, con tres compartimientos para que los alimentos y sabores queden bien separados, platos llanos…
Presentación de los alimentos BLW
Lo más práctico es que la comida tenga una textura que puedas aplastar con el pulgar y el índice pero que no se haga puré fácilmente (así hay más posibilidades de que llegue a la boca del niño…). Es preferible que los alimentos estén cortados en tiras o formas alargadas para que pueda cogerlos bien.
Comer DE TODO
¿Cómo se puede hacer que el niño coma alimentos que no suelen ser muy populares como verduras o pescado? –pregunto a Clara.
“Estos alimentos los rechazamos de mayores –responde ella sin pestañear-, nunca he visto un bebe que los rechace si se normalizan y ve como el adulto también los toma”. Sí, yo también estoy segura de que la clave es dar ejemplo; no podemos pretender que nuestros hijos coman verdura (o lean jaja) si nosotros no vemos una col o un libro ni en pintura…
Además, los niños también tienen su personalidad y sus preferencias individuales; en realidad no pasa nada porque haya uno o dos (o tres o cuatro…) alimentos que no les gusten y no quieran comer…
Es cierto que con el BLW hay que armarse de paciencia y de bayetas para limpiar después, pero comer se convierte en un aprendizaje placentero y lúdico y no en una batalla campal de cucharas voladoras invasoras y de “no dejes nada en el plato”.
-¿Qué pasa si el niño no quiere comer algún tipo de alimento? ¿Qué se hace? –pregunto.
-Pues nada, no se lo come –contesta Clara tranquilamente- y se le presenta en siguientes ocasiones de distintas formas.
Plato de silicona BLW Mordisquitos de tres compartimientos para presentar a los niños alimentación sólida (a partir de los seis meses). Alimentacion BLW
¿Cuándo se puede empezar con la alimentación BLW?
Cuando el niño y el adulto se sientan preparados. El niño por lo menos debería aguantarse solo sentado en la trona, presentar interés por la comida y no debería tener el reflejo de extrusión (es decir, sacar la lengua para expulsar un elemento desconocido que entra en la boca: todo lo que no sea líquido o la mama o la tetina).
Os dejo un artículo con algunos tips para empezar el BLW con seguridad