Cambio de pañal fuera de casa
¡Caca! La primera vez que mi peque hizo aguas mayores lejos de casa y de algún bar abierto o de la casa de unos amigos no demasiado maniáticos, el corazón me dio un vuelco. Y no fue de emoción ni de felicidad.
Me vi un poco perdida, a pesar de que había hecho los deberes como mami previsora y había cambiado su pañal antes de salir y llevaba en el bolsón del bebé:
Lista de indispensables para cambiar al bebé
–Toallitas húmedas (llevaba tres paquetes: uno en el bolso, otro en el bolsón para el bebé y un tercero en un recoveco del cochecito). Reconozco que me aterraba la posibilidad de quedarme sin toallitas.
Además, las toallitas te pueden sacar de cualquier apuro; en especial si accidentalmente te manchas las manos o la ropa de pipi, caquita o vómito (perdón por el pasaje escatológico, pero la vida con bebito es así). Las toallitas húmedas crean adicción, lo prometo.
–Crema protectora para el culín (del bebé).
–¡Pañales! ¡Dos o tres! (¿Cuatro por si acaso?). Salir a la calle por primera vez es toda una aventura que hace ilusión, pero que definitivamente puede sacar de su zona de confort a las mamás primerizas como yo. Y la primera vez que se hace una salida larga, otra aventura… maravillosa y un poco… turbadora. Es mejor ir bien preparado.
-Varias bolsas de plástico (para tirar el pañal, los pañales o lo que sea; cuando vas con un niño y un carromato la capacidad para generar basura es sorprendente).
-Un cambiador acolchado y plegable y supuestamente portátil (gracias al cielo el carricoche, además de ser una tanqueta, tiene estantitos, bolsillos, departamentos y compartimientos por todas partes).
–Protectores desechables para cubrir el cambiador; compré un paquete de diez en un hipermercado y venía etiquetado en inglés: “Soft changing Mats”. Al principio me desconcertaba la cantidad y variedad de productos para bebés que hay en el mercado y me resultaba difícil decidir qué me podía ser útil y qué no… Y hasta reconocer un producto que había descubierto, si iba a otro súper y me cambiaban el envoltorio.
Si no tienes un protector desechable, una toalla limpia puede servir perfectamente (y luego la guardas en una de las varias bolsas de plástico que llevas y recuerdas no tirarla a la basura sino llevártela a casa para lavarla). Y, cuando llegues a casa, recuerda sacarla del carricoche-tanqueta y lavarla.
–Gel desinfectante de manos: es casi más importante que el móvil. Úsalo antes y después de cambiar a tu baby o en cualquier momento en que lo consideres necesario. Sin obsesionarse.
-Una muda de ropa para el peque, más un body extra por si acaso.
–Sentido del humor y del amor
Y ahí estábamos… En un concierto de Trova en un país caribeño, cuando nuestro nene… Choff choff. Lo cambiamos en colaboración sobre lo único que encontramos: un banco de azulejos un poco frío. ¡Viva la improvisación!
¿Dónde cambiar al bebé?
Poco a poco te vas relajando y entonces es cuando empiezas a olvidarte cosas, pero como la naturaleza, al parecer, es sabia desarrollas una gran capacidad para improvisar.
El carricoche es siempre tu mejor opción. Los más cerrados no dejan mucho espacio para maniobrar, pero te apañarás. Ten cuidado de proteger con el cambiador las superficies no impermeables. Intenta encontrar un sitio resguardado y lo más calentito posible (por ejemplo, un portal, un recoveco de una galería comercial o el cajero de un banco) y actúa con rapidez y precisión.
El cambio de temperatura ambiental o el frescor de las toallitas pueden hacer que los bebés más pequeños se hagan pipi. Coloca un pañal limpio bajo el culete de las nenas mientras haces el cambio o (más importante por los efectos secundarios) sobre el pene de los nenes.
Improvisando
El mobiliario urbano, especialmente los bancos de los parques, puede ser un gran aliado. No cambies a tu peque en el suelo.
Tengo una amiga que se ponía en cuclillas, colocaba una muselina sobre sus piernas y cambiaba a su mordisquitos encima y otra que ponía el cambiador plegable y transportable sobre el capó de un coche (ajeno) y le cambiaba el pañal a su peque allí, sin ningún complejo. Previamente, comprobaba que no hubiera gente cerca y, también, que el capó del coche no estuviera ardiendo.
La silla de paseo, ergonómica, práctica y con menos espacio para trastos.
La silla de paseo plegable tipo paraguas te permite cambiar de pañal a tu bebé en cualquier lugar. Sé compasiva y evita hacerlo cerca de extraños o transeúntes.
Cuando dejes el carricoche aparcado y empieces a usar la silla del paseo, ya serás un/a experto/a cambiando pañales por lo que todo será mucho más fácil y rápido. Además, las limitaciones de espacio de la silla (en comparación con el cochecito) te habrán ayudado a decidir qué es imprescindible y qué no y a simplificar.
Echa el freno a la silla, dale a tu peque un juguete para entretenerlo, háblale suavemente o cántale y prepara todo lo que necesites para que esté a mano (en mi caso, como puedes ver en las fotos, en esta ocasión mi pareja y padre de la criatura hizo de asistente atento a las necesidades de cada momento). No hay nada que impida que el padre del bebé cambie el pañal y la madre haga de cómoda sujetaobjetos (aclaro, por si acaso).