El bebé de 0 a 6 meses: evolución
Ya está aquí, tu bebé es una tierna bolita que, de momento, solo se expresa llorando. Sea como sea es precioso y tiene mucho que aprender: de momento no es consciente de que es un ser aparte de su mamá ni sabe que tiene pies, ni ha descubierto que puede balbucear o gritar o reír y que eso provoca diversas reacciones en las personas que cuidan de él… Todas estas cosas las irá descubriendo en los próximos seis meses y tú le acompañarás en esta evolución y te emocionarás y asombrarás por sus logros. Te contamos como es la evolución de tu bebé de 0 a 6 meses.
Además de observar su desarrollo, puedes enriquecer su entorno con elementos como chupeteros personalizados y collares de lactancia. Un chupetero personalizado no es solo un detalle único, sino que también ayuda al bebé a desarrollar su visión y coordinación. Los collares de lactancia, más allá de ser un accesorio, ofrecen estímulos táctiles y visuales, favoreciendo la conexión emocional durante la lactancia y brindando tranquilidad y cercanía entre tú y tu bebé en esta etapa de intensos descubrimientos.
De recién nacido a 3 meses
Desarrollo motor
Un bebé recién nacido mantiene la postura fetal, con las piernas y los brazos flexionados. Necesita ayuda para sostener la espalda y la cabeza y tiende a encorvarse y a hacerse una bolita.
Presenta reflejos de búsqueda, succión, prensión palmar y moro o sobresalto (el bebé está tranquilo y, de repente, extiende los brazos y abre las palmas). Este reflejo también se produce ante determinados estímulos, como la sensación de caída.
Son los reflejos primitivos y sirven tanto para la supervivencia (succión) como para desarrollar correctamente el sistema nervioso y que, en el futuro, el niño pueda ejecutar movimientos y acciones complejas y actividades que requieran desarrollar la motricidad fina (coger unas pinzas y agarrar objetos con ellas, tomar un boli y escribir…).
Os dejo un vídeo que explica más sobre los reflejos y su importancia
Tocad a vuestro pequeño, dadle masajitos, acariciadlo, estimulad sus reflejos jugando, pero no lo forcéis a que pase a otra fase ni le presionéis para que consiga antes de tiempo una habilidad para la que no está preparado. Todo tiene que ser juego, diversión y experimentación respetando el ritmo de cada niño.
1 mes
Con un mes de edad, el tono muscular del bebé ha mejorado mucho y, si está tumbado boca abajo, puede levantar la cabeza durante unos segundos. Sigue manteniendo brazos y piernas en flexión y los puños cerrados. Todavía están presentes los reflejos de presión palmar, de moro y de marcha automática. Los bebitos no solo cierran las manos para agarrar cuando algo se las roza, sino que, también, cierran los pies. Con el tiempo, perdemos flexibilidad y habilidad en los pies, una lástima porque a las mamis muchas veces no nos basta con dos manos…
2 meses
Las extremidades siguen flexionadas la mayor parte del tiempo, pero empieza a moverlas más. Empieza a abrir las manos.
Comienza a intentar apoyarse sobre los brazos para levantar la cabeza cuando está boca abajo.
3 meses
Empieza a moverse con intención y patalea con fuerza y mueve brazos y manos con cierto frenesí. Las manos están más tiempo abiertas.
Cuando está sentado encima de alguien se encorva menos y sostiene recta la cabeza al mismo nivel que el tronco.
Si está boca abajo puede extender las piernas y apoyarse en los antebrazos para levantar la cabeza y empiezan los primeros intentos de darse la vuelta. Las manos son el primer descubrimiento de su cuerpo, empieza a intentar coger cosas con ellas,
Cuando se le pone algo en la mano todavía la cierra involuntariamente (reflejo de prensión palmar): atrapa el objeto y seguidamente afloja la presión. Es esa etapa en la que todo lo que agarra acaba cayendo indefectiblemente al suelo. Genial, así hacemos ejercicio extra recogiendo y recogiendo.
Lenguaje y desarrollo social
El llanto es la primera y única forma de comunicación oral de los bebés durante sus primeros días de vida. Puede ser diferente según sus necesidades y puede expresar hambre, sueño, incomodidad, malestar, pañal mojado… ¡Suerte y fuerza para averiguar qué le pasa!
El bebé responde cuando le hablas con muecas expresivas (movimientos exagerados de la boca o frunce el ceño o arruga la frente o todo a la vez) que no se corresponden con lo que le estamos diciendo. Sonríe, pero es un acto reflejo. El nene es mono y gracioso y sus expresiones resultan cómicas. Creo que los babys empiezan a intuir muy pronto que hacen mucha gracia y despiertan una ternura infinita.
Hacia la sexta semana sonreirá verdaderamente por primera vez
2 meses
Empieza a vocalizar “a”, “e” y “o” cuando está contento o comunicativo o a gusto o algo le llama la atención o ha pasado algo que le da placer. También empieza a emitir consonantes guturales (“k” y “g”).
Comienza a comprender lo que le dicen, especialmente si le habla su madre o la persona que pasa más tiempo con él. Fija la mirada en la persona que le habla. Responde a las muestras de afecto y sonríe cuando le miman, le acarician o le hablan con dulzura. Gira la cabeza hacia el punto del cual proviene un sonido que le llama la atención.
3 meses
Empieza a estar muy familiarizado con el uso del lenguaje y responde con largas vocalizaciones que cambian de tono. Pueden parecer discursos, no dejes que sean monólogos: si le respondes y le hablas a menudo aprenderá a socializar y, también, se familiarizará mejor con el lenguaje oral. El bebé también contesta con sonrisas y con expresiones faciales a la persona que le habla.
Este peque comunica, sin pretenderlo, que tiene sueño (o que está aburrido).
Bebés de 4 a 6 meses
Desarrollo motor
4 meses
Empieza a coordinar algunos movimientos. Utiliza brazos y piernas para darse la vuelta cuando está boca abajo y consigue ponerse de lado.
Empieza a descubrir más partes de su cuerpo: tendido de espaldas, levanta las piernas, que siguen flexionadas, y se toca las rodillas.
5 meses
Ya coge objetos y se los lleva a la boca aunque es una habilidad todavía en desarrollo. Pone mucho empeño en coger cosas y, si no lo consigue, se enrabia y emite evidentes ruidos de enfado. Descubre sus pies y juega con ellos. Si está boca arriba, pedalea con las piernas.
Si lo coges por las axilas y le dejas apoyar los pies sobre una superficie (solo tiene que sentir el contacto, no debes dejar que apoye su peso) comienza a hacer fuerza como si quisiera saltar.
6 meses
Si lo pones de pie, se da impulso con las piernas para saltar.
Comienza a manipular con habilidad los objetos que coge y los suelta voluntariamente cuando quiere coger otros. También es posible que pueda sujetar un objeto en cada mano o que pueda pasar un objeto de una mano a la otra. Empieza a ser certero en llevarse cosas a la boca (aunque no selectivo, a esta edad pueden tener un poco de peligro) y puede empezar a comer algunos alimentos por sí solo, como un trozo de pan, un arbolito de brócoli, fruta cortada en tiras (ver artículo 17 alimentos para empezar con el BLW)). Agarra con toda la mano, apretando. También se lleva los pies a la boca (si está tumbado boca arriba, no es un contorsionista aunque lo parece).
Cuando está boca arriba levanta la cabeza y la parte superior de la espalda y, si le apetece, tiende los bazos para que lo levantes
Entre los 6 y los 7 meses puede aparecer uno de los reflejos secundarios que más nos emociona e ilusiona a los papás: el gateo. No lo fuerces nunca y procura que cualquier actividad con él sea un juego en el que no haya metas. Si lo colocas tumbado sobre la barriga sobre una superficie firme verás que empieza a mover brazos y piernas como si gateara. No hay prisa para que gatee o para que ande y recuerda que no hay unas Olimpiadas para bebés que gatean: a su ritmo…
Lenguaje y desarrollo social
De 4 a 6 meses
Reconoce el mundo que le rodea y responde a los estímulos. Empieza a comunicarse mejor y con más intención: pide atención llorando, gritando o sonriendo. Se mantiene sentado observando lo que le interesa.
4 meses
Muchas veces, el peque protesta o llora cuando mamá no está cerca; ha tomado más consciencia del entorno y ya no quiere estar solo.
Su visión es mejor y su radio de curiosidad se amplía; dedica más tiempo a observar los objetos y cosas que le rodean y, también, lo que sucede a su alrededor.
Empieza a verse en los espejos y sonríe al compi del espejo, aunque no es consciente todavía de que es él mismo. Se pone contento cuando ve a personas que conoce y, según su carácter, puede empezar a mostrar timidez ante los extraños. Pasa de la risa al llanto con facilidad.
5 meses
Su cara es muy expresiva; mira los objetos fijamente y a veces da la impresión de que los va a traspasar con la mirada (o peor aún, que va a entrar en tu mente muahahahaha). Se concentra en las cosas más tiempo.
Ha aprendido a llamar tu atención y lo hace conscientemente y a conciencia porque sabe que irás a verle y, con suerte, lo cogerás en brazos y hasta te lo llevarás contigo.
Los bebés de cinco meses son muy expresivos y ya saben cómo llamar tu atención.
A los cinco meses, nuestros retoños pueden descubrir un juego divertidísimo que les hará troncharse de risa, aunque tú no le acabarás de pillarle el punto: tirar al suelo todo lo que llega a sus manos. A esta edad ríen a carcajadas y con tremendas ganas a menudo.
6 meses
La comunicación, tanto verbal como no verbal, empieza a ser más compleja y elaborada. Puede empujarte con los pies si se aburre o no le complaces o hacer el gesto de extender la mano hacia un objeto para que se lo des. También se expresa con vocalizaciones o gestos para que pares de hacer algo o para que sigas.
El bebé disfruta mucho con las visitas agradables, ya sean bebés o adultos (tiene su propio criterio sobre quién le parece simpático).
El bebé experimenta con la lengua y los labios para producir sonidos nuevos, con vocales y consonantes. Empieza a usar cuatro o más sílabas diferentes en una misma frase, balbucea y se dirige directamente a quien quiere para relacionarse. Los sonidos suelen ir acompañados de movimientos del cuerpo.
Imita los tonos de voz de las diferentes personas que ve y se da cuenta si una persona imita uno de sus movimientos y responde repitiéndolo (y sonriendo o riendo, todo es juego y descubrimiento).
Su comprensión mejora espectacularmente: entiende gestos sencillos como el saludo y empieza a entender el “no” y cuando lo oye se para con creciente frecuencia (o no, si ya ha entrado en alguna de las frecuentes fases de “autoafirmación” que viven los niños. Empieza a reconocer palabras como papá o mamá.
Disfruta mucho con las visitas agradables, ya sean bebés o adultos (tiene su propio criterio sobre quién le parece simpático).