Cómo lidiar con las rabietas de nuestros peques
Sábado por la tarde, estás en medio del supermercado haciendo la compra con tu hijo de 3 años, hay tanta gente que apenas se puede pasar con el carro por los pasillos. Estás concentrada en que no se te olvide nada de lo necesario para tu casa.
Pero de repente, tu hijo te pide esas galletas que tanto le gustan, le dices que no porque ya hay muchas en casa y…
¡Comienza el espectáculo!
Se tira al suelo, empieza a patalear, grita como nunca lo habías oído gritar y tú sólo puedes decirle con cara de desquiciada y en modo ventrílocua: “¡deja que llegue a casa, te vas a enterar!”, con un ápice de esperanza de que esta frase retumbe en sus oídos y frene ese momento tan desagradable para los dos.
Pero no, ese niño sigue tirado en el suelo y todas las mamis y los papis en ese momento, pedimos a grito: “¡tierra, trágame!”.
Y justo esto es una rabieta, el proceso de frustración por el que un niño o niña pasa cuando no consigue lo que quiere.
Pero… ¿por qué sentimos tanta vergüenza y desesperación ante esta situación?
Y aquí está la clave, en primer lugar porque al igual que nuestros hijos e hijas están desarrollándose moral y emocionalmente, nosotros también estamos descubriendo nuestro nuevo rol de padres y madres y estamos intentando lidiar con situaciones que son totalmente nuevas para nosotros.
Por otro lado y por desgracia, nos preocupa ser evaluados, nos importa más lo que piensen el resto de mortales allí presentes que tranquilizar a nuestro pequeño en ese momento. Y esto se acentúa cuando comienzan los cuchicheos y las malas miradas sobre esa madre o ese padre que no han educado bien a su peque y, es que el famoso dicho ya lo advierte: “La gallina nunca recuerda haber sido pollo antes”.
Enseñarles a tolerar sus frustraciones les hará ser mejor persona
¿Qué padre o madre no quieren lo mejor para su hijo o hija? Cada día nos esforzamos en darles todo lo material que creemos que necesitan además de mucha protección y cariño pero, ¿nos estamos esforzando igualmente en enseñarles a tolerar sus frustraciones?
Vivimos en una sociedad donde la rapidez y las prisas son lo primordial, dejando de lado la importancia del tiempo y de la dedicación que conlleva un buen aprendizaje. Los factores ensayo y error son cruciales para que todo niño y niña pueda aprender cualquier disciplina.
Por ende, es muy importante que se equivoquen y que se vuelvan a equivocar diez veces más, para que así entiendan que no todo sale como esperaban y que son tan capaces de mejorar y de buscar soluciones como de aceptar la derrota, aprendiendo así a ser tolerantes con sus propias frustraciones.
Y durante este proceso, tendrás que lidiar con muchas rabietas que pondrán a prueba tu paciencia así como tu empatía, porque al fin y al cabo estas rabietas conforman el desarrollo de cualquier menor.
6 Consejos de cómo lidiar con las rabietas de los más peques
En primer lugar, debes tener claro que tu hijo o hija no quiere hacerte pasar un mal trago ni está intentando avergonzarte. Lo está pasando verdaderamente mal en ese momento y no sabe cómo gestionarlo, así que tu obligación es ayudarle, ¿cómo?, a continuación encontrarás algunos consejos que te ayudarán a lidiar con las rabietas de tu hijo o hija.
- Ten empatía y mantén la calma
Sé tú quién sepa mantener la calma en esos momentos. Simplemente dale su tiempo para que se pueda desahogar, lo necesita. Siente frustración y a diferencia de los adultos, ellos no saben cómo controlar sus emociones e impulsos, así que por muy novedosa que te resulte esta situación, somos las mamás y los papás quiénes sabemos controlar nuestros impulsos, mantén la tranquilidad y paciencia mientras permaneces al lado del peque durante el berrinche.
- Dale una segunda opción
Puedes negociar con tu hijo o hija diciéndole que no podrá tener las galletas pero sí puede coger los cereales que tanto le gustan.
- Cediendo se gana la batalla
En esos momentos donde la petición del peque no conlleva ningún problema para tí, ceder es la mejor opción y le harás sentirse más independiente tomando sus propias decisiones.
Por ejemplo; le dices que se ponga la camisa blanca y él o ella quiere la azul, pues sin ningún reparo, deja que se ponga la azul, no es ningún impedimento el color que se ponga, ¿no crees?
- No confundas firmeza con castigo
En muchas ocasiones no podemos ni debemos ceder y ahí es cuando debemos mantener la firmeza para que el peque entienda dónde están los límites.
Por ejemplo; no podemos comprar todo lo que pida ni estar tres horas en el parque, ni tampoco, permitir que no se ponga el cinturón de seguridad en el automóvil.
Un buen libro a mano en el coche o su juguete favorito, te podrá ayudar a evitar los temidos berrinches mientras conduces.
Tal como comentamos en el segundo punto, darle otra opción sería un buen remedio para evitar la pataleta en esos momentos.
Por ejemplo; no podemos quedarnos más tiempo en el parque pero ¿qué te parece si vemos tu peli favorita al llegar a casa?
- Háblale y abrázale
Cuando veas que tu hijo o hija está adquiriendo un comportamiento previo a un berrinche, baja físicamente a su nivel para hablar con él o ella de manera muy calmada, cariñosa y con firmeza. Si empieza a llorar, un buen abrazo le calmará y mucho.
- Evita gritar, amenazar y hacer chantaje
Todo lo que le hagas a tu hijo y/o hija tendrá un efecto adverso. No olvides que son unos expertos imitadores nuestros y por consiguiente, tenemos el deber de ser buenos ejemplos para ellos. Si le gritas y amenazas, le estarás enseñando a usar la agresión para conseguir lo que quiera y si lo chantajeas con frecuencia, tendrá muy presente el chantaje para adquirir sus deseos.
Ahora que ya sabes cómo lidiar con las rabietas de tus peques, disfruta del día a día con ellos y cuéntanos si has vivido alguna situación similar y cómo lo solucionaste.